La creciente desigualdad no es inevitable, ha llegado el momento de actuar

No hay nada inevitable en esta situación. Las opciones que escogemos y los dirigentes que elegimos determinarán que se mantenga o no de este modo.

La existencia de tales disparidades injustificables en la distribución de la riqueza no es un hecho accidental. La acumulación de la riqueza se utiliza para consolidar el poder en nuestra sociedad, un poder que se utiliza para proteger la riqueza y fortalecer los privilegios durante generaciones.

Los niveles de desigualdad que vemos hoy en día no son simplemente injustos, sino que debilitan la democracia

El sencillo mensaje de Oxfam de que las personas trabajadoras deben recibir un salario decente, de que todo el mundo tiene derecho a unos servicios públicos de calidad en función de sus necesidades, no de la riqueza, y de que los que más se han beneficiado deberían contribuir más tiene una fuerza moral en una época en la que el mercado es demasiado a menudo la única moral rectora.

Para miles de millones de trabajadores de nuestro planeta, la única riqueza que poseen es la riqueza pública. Solamente pueden disfrutar de su derecho al agua, a la energía, a la educación y a la salud a través de los servicios públicos. Los mercados no proporcionan estos beneficios a las personas más pobres del mundo y nunca lo harán. Solamente los servicios públicos financiados mediante una tributación progresiva pueden satisfacer los derechos humanos básicos de las personas más necesitadas del mundo.

¿Cómo puede justificarse que los ricos industriales y banqueros alquilen barcos para sus vacaciones por $500.000 a la semana mientras que cada día hay personas víctimas de muertes evitables por falta de agua potable?

¿Cómo puede justificarse que más de €20 billones se encuentren en paraísos fiscales cuando los gobiernos dicen que no pueden permitirse mantener abiertos los servicios públicos esenciales?

¿Cómo puede justificarse que las empresas multinacionales exploten las lagunas jurídicas para sacar cada año más dinero de África del que se recibe en total en ayuda? – Mientras nos recuerdan diariamente las trágicas consecuencias de la inadecuada financiación de la salud pública en el África Occidental que ha causado el trágico brote actual de Ébola.

¿Cómo es posible que hoy en día muchas de las empresas multinacionales más grandes y más ricas del mundo simplemente hayan dejado de pagar impuestos?

Las respuestas que proporciona Oxfam son sencillas, inteligentes y perfectamente realizables. Todo lo que se interpone entre ellas y un cambio verdadero es la falta de voluntad política. Nuestro trabajo es hacer que el grito sea escuchado. Poner la urgencia en acción. Exponer incesantemente la injusticia y exigir su resolución.
Ha llegado el momento de actuar. Pueden contar con la ISP, sus afiliadas y sus 20 millones de miembros para hacer posible el cambio.

Rosa Pavanelli
Secretaria General
Internacional de Servicios Públicos (ISP)

Pueden leer el informe en español aquí: Iguales: Acabemos con la desigualdad extrema. Es hora de cambiar las reglas