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Más de 160 organizaciones de defensa de los derechos de las mujeres y organizaciones aliadas de todo el mundo difundieron este martes, 12 de diciembre, una carta en la cual instan a los gobiernos a rechazar la adopción de la “Declaración Conjunta sobre Comercio y el Empoderamiento Económico de la Mujer”.
Según las firmantes de la carta, entre ellas, la Internacional de Servicios Públicos (ISP), la declaración "no logra abordar el impacto adverso de las normas de la OMC y en su lugar, parece estar diseñada para cubrir las fallas de la OMC y su papel en la profundización de la desigualdad y la explotación."
"La sola remoción de aranceles y límites a la importación han sido perjudiciales para los derechos de las mujeres. La disminución en los aranceles reduce las ganancias de los gobiernos esenciales para inversiones públicas en salud, educación, energía, agua, transporte y protección social. Menores gastos públicos impactan más fuertemente a los que menos tienen económicamente y particularmente a las mujeres pobres. Cada vez más, los gobiernos reemplazan estas ganancias imponiendo impuestos regresivos, tales como los Impuestos por Bienes y Servicios los cuales tienen efectos discriminatorios. La afluencia de alimentos e insumos subsidiados desplazan a la producción local, y la OMC ha forzado a los gobiernos a remover instrumentos políticos de gran valor para permitirles regular el flujo de bienes importados que permitiría a los gobiernos apoyar la producción local y la provisión de subsidios locales que beneficien a los pobres."
Kate Lappin, coordinadora global del Foro Asia-Pacífico sobre la Mujer, la Ley y el Desarrollo dijo: “Las organizaciones de derechos de la mujer de todos los continentes han rechazado esta declaración como una manera de distraer la atención del daño que la OMC hace. Si hubiera un interés genuino en los derechos humanos de las mujeres los gobiernos cambiarían las reglas del comercio internacional que actualmente reducen los salarios de las mujeres, desplazan a las mujeres de sus tierras, y privatizan bienes públicos para enriquecer a las corporaciones multinacionales. Estamos hartos de que la igualdad de género sea utilizada como una táctica cínica para justificar el neoliberalismo.”
La Indiana Vandana Shiva, activista del medio ambiente y defensora de la soberanía alimentaria, dijo: “Las mujeres fueron las primeras en mostrar cómo la OMC institucionalizó el patriarcado capitalista a escala mundial. No permitiremos que las ‘mujeres’ sean utilizadas como un Caballo de Troya para expandir y extender un sistema que está destruyendo las vidas y los medios de vida de mujeres y niños, campesinos y trabajadores, y del planeta.”
Lea abajo la carta:
12 de diciembre de 2017
Nosotras, las organizaciones de derechos de las mujeres y demás aliados, hacemos un llamado a los Estados parte de la Organización Mundial del Comercio para abstenerse de adoptar la propuesta “Declaración Conjunta acerca de Comercio y Empoderamiento Económico de las Mujeres”. Agradecemos que los gobiernos estén reconociendo cada vez más los impactos en asuntos de género del comercio internacional y las normas de comercio impuestas bajo la OMC y acuerdos de comercio preferenciales. Sin embargo, esta declaración no logra abordar el impacto adverso de las normas de la OMC y en su lugar, parece estar diseñada para cubrir las fallas de la OMC y su papel en la profundización de la desigualdad y la explotación.
La declaración adquiere un enfoque muy reducido al evaluar los impactos del comercio sobre los asuntos de género. Incluso si los beneficios que la OMC confiere al 1% de los más ricos de la población mundial se dividieran equitativamente entre hombres y mujeres, la mayoría de las mujeres del mundo no se beneficiarían. Incrementar el acceso al crédito y el comercio transfronterizo a unas pocas mujeres no beneficiará los derechos humanos de las mujeres en general. Esta declaración sirve para despistar, es un intento de tapar el daño que las provisiones de la OMC tienen sobre las mujeres mientras se aseguran de que la OMC pueda introducir ‘asuntos nuevos’, que muy posiblemente profundizarán la desigualdad.
La sola remoción de aranceles y límites a la importación han sido perjudiciales para los derechos de las mujeres. La disminución en los aranceles reduce las ganancias de los gobiernos esenciales para inversiones públicas en salud, educación, energía, agua, transporte y protección social. Menores gastos públicos impactan más fuertemente a los que menos tienen económicamente y particularmente a las mujeres pobres. Cada vez más, los gobiernos reemplazan estas ganancias imponiendo impuestos regresivos, tales como los Impuestos por Bienes y Servicios los cuales tienen efectos discriminatorios. La afluencia de alimentos e insumos subsidiados desplazan a la producción local, y la OMC ha forzado a los gobiernos a remover instrumentos políticos de gran valor para permitirles regular el flujo de bienes importados que permitiría a los gobiernos apoyar la producción local y la provisión de subsidios locales que beneficien a los pobres.
Ahora está claro que el proyecto neoliberal que involucra austeridad, privatización, desregulación financiera de mercados y corporaciones, y la liberalización del comercio y la inversión, ha tenido un impacto devastador y discriminatorio sobre las mujeres. El neoliberalismo es sexista y es simplemente incapaz de apoyar un desarrollo sostenible con equidad de género y justo, sin importar cómo se haya tejido.
La propuesta para un acuerdo de la OMC que incluya ‘asuntos nuevos’, amenaza los derechos humanos de las mujeres aún más. Aquellos ‘asuntos nuevos’ incluyen disposiciones sobre servicios dañinos que profundizan el poder corporativo, y la inclusión del comercio digital limitará la regulación de las corporaciones evasoras de impuestos más grandes. Si los gobiernos estuvieran genuinamente interesados en avanzar en temas de derechos humanos de las mujeres a través de acuerdos de comercio justo, permitirían organismos públicos de alimentación que beneficien a los pobres, permitirían cualquier regulación doméstica que un Estado crea necesario para avanzar en cuanto a derechos humanos de las mujeres y el interés público, se asegurarían que los Estados pudieran utilizar en su totalidad flexibilizaciones sobre propiedad intelectual para brindar acceso a medicinas, semillas, tecnologías que generen avances en los derechos humanos de las mujeres, y se abstendrían de entrar en cualquier acuerdo bi o multi-lateral que continúe restringiendo la capacidad de utilización de regulaciones domésticas que defiendan los intereses del público.
No buscamos una retirada al nacionalismo combativo en nombre del proteccionismo comercial. Apoyamos el multilateralismo, sin embargo, éste debe estar basado en solidaridad, democracia y derechos humanos, más que en los intereses de corporaciones multinacionales o Estados adinerados irresponsables.
ORGANIZACIONES FIRMANTES
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