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Representando la Internacional de Servicios Públicos (ISP), Jucélia Vargas, secretaria general de la Confederación de los Trabajadores en el Servicio Público Municipal (Confetam/CUT), instó al gobierno de Brasil a la reglamentación de las convenciones interamericanas A-68 y A-69, que combaten, respectivamente, el prejuicio racial y la intolerancia por cuestiones de nacionalidad, edad, orientación sexual o identidad de género, idioma, religión, identidad cultural, opinión política, posición socioeconómica, educación, condición migratoria o deficiencia. El reclamo fue hecho durante una audiencia en la Comisión de Derechos Humanos del Senado de Brasil el 4 de octubre. Llamada por el senador Paulo Paim, del PT, la reunión trató de la discriminación en el mercado de trabajo.
“Sugiero que esta audiencia envíe al gobierno un cuestionamiento sobre qué se está haciendo en favor de la ratificación de las dos convenciones, además de una carta de todos los parlamentarios del Senado y de la Cámara exigiendo el compromiso con dicha ratificación”, dijo Jucélia, quien fue atendida por el senador Paim. Las convenciones A-68 y A-69 fueron aprobadas por la Organización de los Estados Americanos (OEA) en el 2013.
Jucélia, representante del Brasil en el Comité de Combate al Racismo y a la Xenofobia de la ISP, destacó los avances en el Brasil del combate a la intolerancia y de la promoción de la igualdad de oportunidades para negros, mujeres y LGBTs.
“Fuimos el último país a abolir la esclavitud y, en nuestro propio ritmo, hemos avanzado mucho, sirviendo de ejemplo de organización popular y sindical del pueblo negro. Somos hoy día una referencia mundial, pero para que haya más avances es necesario que las convenciones se ratifiquen”, dijo.
Entre las acciones efectivas, ella exigió la dotación de recursos financieros para viabilizar la financiación de políticas públicas que garanticen a los negros espacio en el mercado de trabajo y en la sociedad en general. “No se hace inclusión sin inversión, y la Sepir [Secretaria de Políticas de Promoción de la Igualdad Racial] tiene un papel fundamental para ello”.
Para los participantes de la audiencia – representantes de las centrales sindicales, Poder Judicial, universidades y Orden de los Abogados de Brasil (OAB) –, el mercado de trabajo brasileño, aun desigual y sujeto a más retrocesos con el ascenso de fuerzas conservadoras, necesita de normas y medidas capaces de establecer reglas que combatan cualquier tipo de discriminación.
“Lastimosamente la discriminación por color, género y orientación sexual todavía es un problema en el Brasil. Siempre creí que no hay espacio para la aceptación de la discriminación y de la intolerancia en el país libre y democrático que deseamos construir, por ello es necesario debatir las convenciones que tratan del tema”, dijo el senador Paulo Paim. (con informaciones de la Confetam/CUT)