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Un enfermero de Fiyi interroga al Banco Mundial sobre privatización

21 Enero 2019
Cuando el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional celebraron su reunión anual de primavera en Bali, Indonesia, del 12 al 14 de octubre de 2018, que contó con la asistencia de 20 000 líderes financieros mundiales y gubernamentales, un miembro del consejo ejecutivo nacional de la Fiji Nursing Association (Asociación de enfermeros de Fiyi), Isimeli Radrodro Tatukivei, planteó preguntas sobre la efectividad de las Asociaciones Público-Privadas (APP) en el sector de la salud.

Al Sr. Tatukivei le preocupa la propuesta del gobierno de Fiyi de privatizar dos hospitales públicos. "Como enfermeros, tenemos la responsabilidad de saber cuál será la repercusión de las APP para nuestras comunidades y para los trabajadores", afirmó. Su pregunta resultó oportuna, pues se produjo justo antes de que Fiyi celebrara elecciones nacionales, tras las que el partido gobernante se mantuvo en el poder, a mediados de noviembre.

Varios informes recientes muestran que las APP en el sector de la salud están fracasando. Taking Back Control, un informe publicado tras una investigación en Australia, describe fracasos en más de nueve ejemplos de APP en el sector y en las privatizaciones en general. Y un informe de Eurodad titulado History RePPPeated proporciona un estudio de caso de fracasos de APP en hospitales de Suecia y Lesoto.

Según Eurodad, la experiencia de Lesoto respalda la evidencia internacional de que las APP en el sector de la salud pueden ser extremadamente arriesgadas y costosas. El informe sugiere que "se deben evitar las APP en la atención médica, especialmente en contextos de bajos ingresos y baja capacidad, donde pueden constituir una amenaza para todo el sistema de salud". El informe Taking Back Control demuestra que el fracaso de las privatizaciones en la atención médica supone un gran coste para la comunidad, tanto con respecto a los resultados de salud como a nivel económico, ya que se deja que el Estado recoja los platos rotos.

No son solo los sospechosos habituales los que denuncian las APP. El propio análisis elaborado por el Fondo Monetario Internacional demuestra que el beneficio de la privatización suele ser una mera "ilusión" y pone de manifiesto que la privatización ha dejado al Reino Unido en una posición fiscal deficiente (consulte los informes en The Independent[1] y The Guardian[2] para obtener más información). Además, el FMI ha sostenido reiteradamente que no existe un argumento comercial sólido para las APP, ya que crean pasivos ocultos para los gobiernos.

Y, sin embargo, el Banco Mundial sigue impulsando la privatización y las APP, convirtiéndolas en una condición para los préstamos y los objetivos clave de reforma.

"No sabemos por qué se ha recomendado a nuestro gobierno que privatice los hospitales de Lautoka y Ba mediante las APP", declaró el Sr. Tatukivei. “A menudo se nos argumenta que las APP no son una forma de privatización, pero la información que he recopilado al asistir a estas reuniones deja claro que las APP constituyen una versión de la privatización. La comunidad y los trabajadores de la salud de Fiyi no poseen suficiente información sobre cómo las APP afectarán a la salud. Llevaré esta información a Fiyi para discutir con los sindicatos, las comunidades y los ministros del gobierno pertinentes".

La ISP ha estado trabajando con la Fiji Nursing Association y la Fiji Public Service Association, que cubren a los trabajadores de los hospitales públicos de Fiyi. Por otro lado, se han celebrado talleres sobre privatización y campañas con los sindicatos centrados en transmitir el mensaje a sus comunidades.

El cambio climático está provocando un aumento de las enfermedades infecciosas, y las tasas de enfermedades no transmisibles se encuentran entre las más elevadas del mundo, lo que hace que la atención médica constituya un tema fundamental para el futuro de Fiyi.

Los trabajadores sanitarios de Fiyi están formados a muy alto nivel y muchos deciden trabajar en el extranjero donde pueden obtener salarios más altos y mejores condiciones laborales. Según la FNA, existe más personal de enfermería de Fiyi trabajando en Australia y Nueva Zelanda que en Fiyi.

En Fiyi, los enfermeros y enfermeras, al igual que todos los trabajadores del sector público, tienen contratos de 1 a 5 años, con evaluaciones anuales de rendimiento asociadas a incrementos salariales y a ascensos. Cuando finaliza el contrato inicial, los trabajadores de la salud deben volver a solicitar trabajo en un entorno de competencia abierta. Estas condiciones laborales indudablemente harán que más enfermeros y enfermeras huyan del país buscando la seguridad laboral.

A los enfermeros y enfermeras de Fiyi les preocupa que sus condiciones laborales limiten su capacidad de defender a los pacientes y por el sistema de salud en general. Los que se pronuncian podrían perder su empleo. Este es un claro ejemplo de cómo los derechos sindicales constituyen un componente importante de la transparencia y la rendición de cuentas del sector público.

No obstante, los sindicalistas de Fiyi atraviesan dificultades. Los sindicatos siguen constatando cómo se ignoran sus normas laborales fundamentales, incluido el derecho de reunión o de emprender acciones sindicales. Algunos órganos gubernamentales, como el cuerpo de bomberos, están creando sindicatos amarillos en un intento de desindicalizar a la fuerza laboral.

A pesar de estas circunstancias, los miembros del sindicato siguen defendiendo sus derechos. Los sindicatos han distribuido peticiones y hojas informativas en las comunidades antes de las elecciones nacionales. Así pues, los sindicatos esperan que sus comunidades los respalden afirmando que la atención médica es un derecho humano y no debería estar a la venta.

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