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La onda expansiva de la crisis repercute en el sector público de Europa

07 Mayo 2013
En muchos países europeos, el sector público se ha visto gravemente afectado por la crisis económica, dando lugar a drásticos recortes en el gasto, los empleos y los salarios. El economista de la OIT Daniel Vaughan-Whitehead analiza el impacto de las respuestas políticas a la crisis en el sector público.

Si bien las respuestas políticas a la crisis en Europa han sido diversas, la presión inmediata para ahorrar y reducir el gasto público ha llevado a la mayoría de los gobiernos a aplicar recortes en el presupuesto, los empleos y los salarios, con frecuencia de manera precipitada.

Los salarios de los empleados del sector público han sido reducidos de diversas maneras: algunos países congelaron el salario básico o lo disminuyeron, como es el caso de Estonia, Irlanda, Letonia, Lituania y Rumanía. Otros, como Grecia y Hungría, abolieron los beneficios de los empleados del sector público. En Grecia, el salario mínimo además fue reducido por primera vez en 22 por ciento.

En algunos casos, estos ajustes han interrumpido las reformas estructurales del sector público (como mejores sistemas para establecer los salarios y mayor eficiencia), como en Portugal y Rumanía.

Pérdida de las ventajas salariales

Como resultado, los empleados del sector público en un número de países han perdido las ventajas salariales que tradicionalmente tenían en relación al sector privado, que se justificaba por los niveles de educación más altos en el sector público.

En Rumanía, por ejemplo, la diferencia salarial entre en sector público y el privado disminuyó de 40 por ciento en 2010 a menos de 15 por ciento en 2011. Este tipo de medida también ha tenido una influencia negativa sobre las calificaciones, el nivel de inversión en las profesiones del sector público y ha dejado de atraer al gran número de jóvenes graduados calificados que constituían su fuerza vital.

Al mismo tiempo, los recortes uniformes a lo largo de toda la escala salarial han incrementado las desigualdades y los niveles más bajos han sido los más afectados, sumiendo a muchos trabajadores por debajo del umbral de la pobreza. Como consecuencia, ha surgido el nuevo fenómeno del “trabajador pobre del sector público” en Europa.

En Hungría, este fenómeno afecta a más de 50 por ciento de los empleados del sector público que tienen un nivel de educación inferior a la secundaria.

Esto ha ocasionado, a su vez, un aumento de la migración de los empleados del sector público, con una ola de emigración masiva entre los médicos y las enfermeras, pero también maestros, de Hungría, la República Checa y Polonia.

Mientras las protestas contra las medidas de austeridad se extienden en el sur de Europa – sobre todo en Grecia, España y Portugal – cada vez más personas afectadas por la crisis también se trasladan a los países del norte en busca de empleos decentes.

La desigualdad de género también ha sido fomentada por los ajustes en el sector público debido a la tradicional importancia de este sector para el empleo de las mujeres, el desarrollo profesional y los horarios laborales flexibles, y la conciliación entre el trabajo y la familia.

Peores condiciones de trabajo

La pérdida de empleos en el sector público también ha contribuido con un incremento de la carga de trabajo y de las horas de trabajo para los trabajadores que permanecen en sus puestos, mientras que las retribuciones por horas extraordinarias han sido reducidas o hasta congeladas en un número de países.

La reducción simultánea del gasto también ha disminuido los recursos humanos y materiales disponibles para ejecutar los servicios, los cuales siguen siendo los mismos o hasta aumentaron, como la salud y la educación.

La falta de diálogo social en el proceso de reforma y la abolición de un número de mecanismos que incentivaban la negociación colectiva, han contribuido a empeorar las condiciones de trabajo en el sector público. Antes conocido como un 'empleador modelo', las prácticas del sector público están ahora convergiendo con las del sector privado.

Estos cambios, y la manera como han sido implementados, han provocado una ola de protestas y huelgas por parte de los empleados del sector público – a las cuales se han sumado con frecuencia otros grupos sociales – en toda Europa. Más allá del costo económico de estas protestas, el empeoramiento del clima social en el sector público hace sonar la alarma para el futuro.

Deterioro de la calidad

Estos cambios tienen además un impacto directo en la futura calidad de los servicios públicos: en las escuelas, por ejemplo, podría resultar en una menor proporción de maestros por estudiantes en las clases. En los hospitales, es probable que aumenten las listas de espera. Las reformas también tendrán repercusiones en la administración pública.

Es necesario promover una combinación más equilibrada de ajustes cuantitativos y reformas estructurales en el sector público. También es necesaria una mejor combinación entre las consideraciones presupuestarias y otras importantes como la igualdad, el diálogo social, las oportunidades de empleo, las condiciones de trabajo y la eficiencia y calidad de los servicios públicos en el futuro.

 

Fuente: Organización Internacional de Trabajo

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