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Nuestra salud no está en venta!

07 Abril 2016
El viernes 7 de abril, la Internacional de Servicios Públicos se une a la celebración del Día Mundial de Salud.

Rosa Pavanelli, Secretaria General de la ISP, afirma que “en lugar de acercarnos al cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, nos mantenemos muy lejos de garantizar el derecho humano a la salud para todos y para todas. Más de mil millones de personas viven en la pobreza y carecen de agua potable y 2.600 millones más no tienen acceso al saneamiento. Las guerras, los conflictos internos y el cambio climático continúan cobrándose decenas de miles de víctimas y provocando la actual crisis de refugiados. El personal sanitario paga con su vida trabajar en primera línea contra las catástrofes naturales, provocadas por el hombre y epidemiológicas, como el Ébola, el Zica y el SROM, sin la adecuada protección u ofreciendo una ayuda humanitaria inestimable en los hospitales”.

Lamentablemente, las recientes epidemias de virus del Ébola y del Zica son emblemas de las lecciones que no estamos aprendiendo a escala mundial.  Lecciones que nos hablan de la necesidad de contar con un número adecuado de trabajadores y trabajadoras sanitarios, capacitados adecuadamente y con los recursos apropiados. Nos hablan de la necesidad de una reglamentación y, más importante, de su transparencia y aplicación, en el marco de sistemas de atención sanitaria; y nos hablan de la necesidad de un enfoque gubernamental/social global, tanto para situaciones de prevención como de reacción; de la necesidad de unos servicios sólidos y coordinados a nivel de cuidados intensivos y posteriores.

Las cuestiones relacionadas con la atención sanitaria —ya sea su financiación, asignación de recursos o accesibilidad—, son todas de carácter político. Por ello, cuestionamos las excusas sobre “en qué medida están las fuerzas globales configurando unas condiciones favorables”.  Las fuerzas globales son el resultado de decisiones políticas; la decisión de rescatar a los bancos, de aplicar medidas de austeridad, de recortar las fuentes de ingresos y la decisión de no acabar con los vacíos legales que permiten la elusión fiscal. Estas fuerzas no escapan al control humano.

Los Objetivos de Desarrollo del Milenio dejaron cuentas pendientes en demasiados países, como la reducción de la mortalidad infantil y maternal, debido a la austeridad y los programas de ajuste estructural. El dominio de la industria farmacéutica mundial sobre la atención sanitaria nacional no hace más que aumentar, mientras las inversiones públicas en investigación y desarrollo no dejan, en general, de disminuir. Y, ahora, la industria de las aseguradoras quiere utilizar a los pacientes como productos comerciables, y trasladar a la gente a países donde la atención sanitaria sea más barata.

“Necesitamos mantener la salud, los servicios sociales y otros servicios públicos fuera de los acuerdos de comercio como el CETA, TTIP, TPP, RCEP y el TISA. En caso contrario, abocarán en una competencia encarnizada que pagarán pacientes y trabajadores. En el Día Mundial de la Salud ¡reafirmamos nuestro objetivo de construir un sistema de salud pública que garantice un acceso a la atención sanitaria universal, gratuito, global y de calidad, para todos y para todas!”, añade Rosa Pavanelli.

Unos salarios dignos y unas condiciones de trabajo seguras para el personal sanitario son elementos fundamentales para la adecuada prestación de dichos servicios, además del respeto a sus derechos laborales. La migración de profesionales sanitarios, que abandonan el sistema público debido a los bajos salarios y las condiciones laborales deficientes, amenaza la prestación sanitaria garantizada en el mundo, en concreto los servicios pediátricos. Los recortes de fondos públicos contribuyen a debilitar estos sistemas y a precarizar los empleos, mientras las inversiones en sanidad propician el crecimiento y la calidad de vida. Cuidadores/as domésticos, de ancianos, auxiliares sanitarios, enfermeras/as, personal de limpieza, médicos/as auxiliares, entre otros, están reivindicando mejores salarios y el reconocimiento de sus competencias profesionales, cualificaciones y derechos laborales.

El trabajo decente incluye varios parámetros: un salario suficiente para vivir; el derecho a pertenecer y a participar en las acciones de un sindicato; el derecho a un lugar seguro de trabajo; el acceso a una educación continua y apoyo; tiempo de descanso suficiente y turnos con una duración segura; oportunidades de desarrollo profesional. Para los trabajadores y trabajadoras sanitarios, el trabajo decente implica también poder hablar abiertamente y sin miedo a represalias sobre el sistema sanitario en el que trabajan. De hecho, cuando hablan de su entorno laboral, sobre todo, están defendiendo el derecho de los pacientes a recibir una atención efectiva, segura y de calidad, independientemente de las políticas gubernamentales.

La sanidad pública es más efectiva y eficiente que los sistemas privados, como demuestran los países con sistemas de sanidad de acceso universal, como Francia e Italia, que fueron considerados durante años los más efectivos. El NHS, o el sistema australiano de seguro universal (Medicare), han dejado patente que más efectivos y eficientes que los sistemas basados en compañías privadas, como el estadounidense —además de tener un costo inferior—. Los resultados sanitarios no los determina el porcentaje absoluto del PIB, sino la forma en que se presta la atención sanitaria.

El Día Mundial de la Salud es una jornada de acción contra la comercialización de la sanidad, que aúna a los usuarios y usuarias, a los trabajadores y trabajadoras, a la ciudadanía, los sindicatos, las ONG y las redes internacionales, para reivindicar unos sistemas de sanidad pública con la adecuada dotación y financiación. Las recetas políticas del Banco Mundial, del FMI y los bancos regionales de desarrollo continúan promoviendo la comercialización de la atención sanitaria, a pesar de que resulta más cara y ha demostrado su fracaso, al excluir el acceso a muchas personas.

La lección del Ébola es clara. En un mundo globalizado, ninguna enfermedad permanecerá confinada en un solo país. Por ello necesitamos una gobernanza de alcance mundial y eficiente, además de sistemas de sanidad pública nacionales, dotados de recursos, que garanticen el acceso universal para todos y para todas.

NUESTRA SALUD NO ESTÁ EN VENTA.

Hay convocadas movilizaciones y manifestaciones en varias ciudades europeas: Madrid, Barcelona, Zaragoza, París, Lille y Bruselas. Se ha lanzado un llamamiento a la población para que apoye las movilizaciones colgando una sábana blanca de las ventanas, en defensa de que se mantenga la sanidad alejada de la deriva comercial. Las redes sociales utilizarán las etiquetas #Health4All #SantePourTous #GezondheidVoorIedereen #SaludParaTodos.

Por favor, informen a la ISP sobre las acciones que su sindicato tiene previsto convocar, enviando la información a: communications@world-psi.org; también pueden publicarlas directamente en la página de Facebook de la ISP: https://www.facebook.com/PSIglobalunion

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