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Declaración de los trabajadores y los sindicatos en la Conferencia Mundial sobre la Reducción del Riesgo de Desastres

20 Marzo 2015
First responders after Hurricane Sandy in 2012
La Internacional de Servicios Públicos publicó esta declaración en el último día de la Conferencia Mundial de la ONU sobre la Reducción del Riesgo de Desastres, celebrada en Sendai, Japón, los días 14-18 de marzo de 2015.

La Internacional de Servicios Públicos es una federación sindical mundial, compuesta por 650 sindicatos afiliados de 160 países. Representamos a 20 millones de mujeres y hombres trabajadores en los servicios públicos. Asimismo, representamos a numerosos trabajadores de primeros auxilios y de primera línea. Estas personas ponen en riesgo sus vidas para proteger y cuidar a vuestras familias. Somos el personal de primeros auxilios: los bomberos y técnicos médicos de emergencia; la policía y otros servicios uniformados. También somos los trabajadores de primera línea en hospitales y centros de salud; en las escuelas; en los servicios de agua y energía; en el transporte público; en la administración civil y en otros sectores. Todos nosotros dependemos de que estas personas puedan hacer su trabajo, disponiendo de los recursos y la formación adecuados.

Por ejemplo, observemos algunas estadísticas de solo 35 países sobre muertes de bomberos: en 2008, 150 murieron y 82 000 resultaron heridos. En 2012, 90 murieron y 73 000 resultaron heridos mientras ejercían su trabajo exponiendo su vida para salvar a otros. En Japón, en 2011, durante el Gran Terremoto del Este de Japón, 222 bomberos murieron intentando salvar a otras personas y 2 500 resultaron heridos.

Durante y después del tifón Haiyan en Filipinas, el personal de primeros auxilios estuvo trabajando 24/7 durante más de un mes. El personal sanitario no abandonó su lugar de destino durante días, incluso semanas. Sus propias familias estuvieron en peligro, pero estos trabajadores no podían ir a casa a prestarles apoyo. El sindicato de enfermeras de Nueva York 1199 SEIU aportó colchones de aire para los trabajadores que dormían en el suelo de los hospitales en Filipinas.

Tenemos constancia de muchos casos de trastorno de estrés postraumático (TEPT) sufrido por trabajadores sanitarios, trabajadores sociales, personal de primeros auxilios... En general, no se les proporciona apoyo psicológico. No hay ayuda para los auxiliares.

En África, el virus de Ébola causó la muerte a 500 trabajadores sanitarios. Los sindicatos habían advertido meses antes al gobierno, pero nadie prestó atención. Además, durante la crisis, no se pagaron los sueldos, no se proporcionó formación ni material para un periodo de tiempo largo. ¿Por qué el Ébola causó grandes pérdidas en el sector  sanitario? Porque durante años, las políticas de ajuste estructural del sistema internacional habían exigido a esos países que realizaran recortes de plantilla y recortes salariales a los funcionarios, y que privatizaran y externalizaran ese servicio.

Otra estadística desalentadora: Más de 500 funcionarios de la ONU han fallecido en el cumplimiento de su función durante los últimos diez años. Estos trabajadores fueron enviados para prestar ayuda a algunas de las personas más necesitadas del planeta.

En todas estas crisis, ya sean producidas por desastres naturales, epidemias o conflictos, se necesita a los trabajadores. La mejora de la formación y del material de primeros auxilios contribuiría a reducir las muertes y lesiones que se producen entre los miembros de la comunidad y entre los trabajadores.

Pero nuestras preocupaciones y nuestras voces no se ven reflejadas en las medidas adoptadas en la Conferencia Mundial de la ONU sobre la Reducción del Riesgo de Desastres – CMRRE. ¿Por qué? Posiblemente porque disponer de personal de primeros auxilios cuesta dinero: hay que pagar sueldos y proporcionar formación y material. Los gobiernos no quieren que se les diga que tienen que gastar ese dinero. Y, desde la crisis financiera de 2008, ningún gobierno quiere pedir préstamos; la austeridad es la política dominante.

Por eso participamos activamente en la Alianza Mundial por la Justicia Fiscal; necesitamos un acuerdo mundial que ponga fin a los paraísos fiscales, a la evasión fiscal, a la planificación fiscal agresiva y a otros ardides por los que los gobiernos se ven privados de ingresos muy necesarios. Esto es muy importante para la RRD, puesto que la mayor carga recae en el sector público, ya que una gran parte del trabajo del personal de primeros auxilios no puede ser privatizado.

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